Rusia se despierta social

La última app de éxito que ha arrasado entre los usuarios de smartphone rusos es Budist, el primer despertador social. Al día de hoy, son más de 7.000 los ciudadanos que se hacen despertar por una llamada de desconocidos. El mecanismo es muy sencillo: una vez descargada gratuitamente la app, se fija el horario al que se desea ser despertados y, a la hora indicada, se recibe la llamada de otro usuario que ha dado su disponibilidad para hacer de despertador humano. 

Ningún inconveniente acerca de la privacy: la conexión entre usuarios tiene lugar a través de una centralita, por lo que ambos quedan totalmente anónimos. La llamada, obviamente es gratuita para los dos involucrados en la conversación. Si no hay ningún usuario disponible a la hora fijada para hacer la llamada, el sistema se encarga de enviar un mensaje grabado y cubrir igualmente la necesidad de otro. 

La app ya está activa para los rusos que residen en todo lugar del planeta y pronto tendrá lugar el lanzamiento de la misma en su versión para China y para angloparlantes.

Parte del éxito de esta aplicación reside en la originalidad de los usuarios que no escatiman tiempo en elaborar frases graciosas para robar una sonrisa a sus interlocutores. Las situaciones que se pueden dar, también son de las más diferentes: la voz de un niño incitado por los padres a decir "buenos días", un chico tomándose algo en un bar a tu salud, un empleado alcanzando su lugar de trabajo... hay para todos los gustos.

El inventor de este despertador social es un joven ruso de 27 años, Gratsjik Adjamjan que afirma que esta herramienta es una pequeña contribución a la paz mundial, (sobre todo una vez que esté presente en otros idiomas): una voz humana que te despierta es mucho más sociable que un ruido electrónico, ya que a todos nos cuesta tanto dejar a nuestra cama por la mañana. "Es una forma que tienen las personas para compartir su buen humor", afirma Gratsjik.

Sin duda una invención original, capaz de despertar interés y curiosidad entre usuarios y, por qué no, de hacernos levantar de la cama!