Esta semana publico y comparto el último número de la revista Más Poder Local, la publicación especializada en política y marketing electoral de la Fundación Ortega-Marañon. A página 34 podréis encontrar una colaboración en la que hablo sobre las nuevas tendencias del lenguaje en política, causas e implicaciones del insulto.
Usado como herramienta para
despreciar a los adversarios políticos o como escudo detrás del cual esconder
responsabilidades y culpas, el insulto se abre paso con fuerza en el lenguaje
político. La repercusión que esto tiene sobre la ciudadanía es devastador, ya
que el más fuerte no es quién razona sino el que mejor grita y ofende.
El hábito se extiende
gracias a la labor de los medios de comunicación y las redes sociales. Los
ataques entre o hacia políticos están a la orden del día y adquieren una
dimensión pública en la cada ciudadano está legitimado a aportar su propia
dosis de ofensas.
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